Viajar solita también es cool

“¿No te da miedo?, ¿No es muy peligroso para una mujer?”, “¿No te aburres viajando sola?”, “Es un poco triste viajar sin compañía”, “¡Estás loca!” o “¡Eres muy valiente!” son algunas de las preguntas o los comentarios que recibo cuando me ven viajando sola.

Yo creo que todas soñamos con viajar solas. Me atrevo a decir que, por necesidad, todas necesitamos viajar solas. No importa si tienes amigos, pareja, hijos o mascotas. Creo que hay que hacerlo por años, algunos meses, una semanita, un par de días, el tiempo que sea. Al lugar que sueñas, al lugar que puedas, lejos o cerca, pero hacerlo sola al menos una vez en la vida. 

¿Ya has pensado en hacerlo, verdad? Bueno, pues antes de que te embarques en una de las mejores decisiones de tu vida; me gustaría contarte de porque creo que viajar sola también es cool.

Para mi viajar sola es una meditación constante. Es sentir una absoluta libertad. Es descubrir una fuerza interior que pensaste que no tenías. Es darte cuenta de tus capacidades. Es ir a los sitios que deseas. Es ir a tu ritmo. Es estar sin afán. Es tomar tus propias decisiones. Es hacer lo que te gusta. Es gastar lo que se te dé la gana. Es moverte con más facilidad. Es no tener a alguien que te joda.

Creo que los viajes en solitario son una experiencia tan personal y única que deseo desde el fondo de mi corazón que nadie se resista a tener.

Pero no te voy a mentir, no todo será bonito. Vas a tener tus momentos. Habrá días de mucha soledad, de mucho silencio, de mucho miedo, de muchas preguntas, de mucha introspección, de mucha confrontación, de muchas decisiones.

Días en los que te vas a sentir infinitamente sola, vas a llorar mucho, te vas a cansar, te vas a quejar, vas a pagar más, las cosas te van a salir mal. Probablemente no todas, pero sí o sí algo te va a pasar. 

Te cuides como te cuides, siempre estás expuesta a que algo te pase. En ese caso, no hay que desmotivarse. Hay que viajar con la cabeza,  usar los cinco sentidos, “no dar papaya”, estar preparado, estar pendiente de las cosas, saber información del lugar, estar conectado, tener apertura mental, pero sobre todo, hay que seguir la  intuición porque es la única que nunca te fallará.

Y si algo, te puedo confirmar, es que de una cosa que te salga mal, 20 van a salir de maravilla. Por cada persona que te haga sentir mal, van a ver 20 más que te hagan sentir especial. Por cada persona que te intente robar, van a haber 20 que te regalen lo mejor de sí. Por cada tipo que te haga sentir incómoda en la calle, van a haber 20 hombres que te traten como una reina. Por cada vez que creas que eres la única loca viajando sola, encontrarás a 20 mujeres haciendo lo mismo.

Lejos de nuestra casa, la gente también sonríe, la gente también es amable, la gente es hospitalaria, la gente también se preocupa, la gente también resuelve, la gente también ayuda y tiende una mano si la necesitas. Hay millones de personas buenas en cualquier parte del planeta. Solo hay que tener respeto, empatía y disposición a conocer diferentes culturas para que el  viaje se nutra de experiencias positivas. 

Sólo te pido que el miedo a que las cosas salgan mal no sea un obstáculo para viajar sola. Recuerda que siempre puedes devolverte. Si en verdad te das cuenta que viajar no es lo tuyo, puedes devolverte. Puedes no volverlo a hacer jamás. Pero, si nunca te animas a viajar sola, ese tiempo sin hacer lo que en verdad deseas sólo por miedo ¿quién te lo devuelve?.

El miedo y la duda siempre van conmigo, pero lo hago igual porque prefiero quedarme con un “no puedo creer que hice esto”, a quedarme con “que hubiera pasado si”. Viajar sola me compensa. Me reta. He vivido cosas que si las cuento, la gente no me creería. He vivido las más locas experiencias que sé que de otra forma no habría podido vivir. Me he encontrado con gente tan increíble y talentosa. He tomado las fotos más hermosas. He sonreído y llorado sola admirando las maravillas de este planeta.

A mi se me abren los ojos cuando veo y encuentro mujeres viajando solas, con bolsillos llenos de países, las miradas llenas de experiencias, la boca llena de un enriquecido vocabulario, con sellos en el pasaporte, con la maleta llenas de humildad.

Te invito a que dejes el miedo y las excusas. A que dejes de pensar que siempre necesitas a alguien en el camino. A que compruebes que eres tu mejor compañía. Saca la fuerza que llevas dentro, dale alas a tus sueños, hazle justicia constante a las ganas de verlo, sentirlo, tocarlo y vivirlo todo. Ponte una cita con ese destino. Ponle fecha, día y lugar y materialízalo.

Date permiso de hacerlo y no le tengas miedo a eso tan cool y tan grande y loco que vivirás cuando te animes a viajar sola.

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