Así fue como viajé de Nueva Zelanda hasta Miami para ir a el concierto de RBD

El pasado 21 de septiembre asistí al concierto de RBD en Miami, al que puedo decir fue el concierto de mi vida. Por ello, he decidido hacer un blog contando un poco de esta experiencia, que más que compartirla quiero inmortalizarla por acá.

“Si algún día hacen un reencuentro voy a ir. No sé cómo, pero iré, así tenga que ir al fin del mundo”, recuerdo siempre decir esto imaginando un posible encuentro del grupo cada vez que veía algo relacionado a ellos.

Desde el lanzamiento de la novela, debo decir que soy fan. Me envolví con los personajes, con las historias, con los actores y con todo lo relacionado a sus vidas. La primera vez que fueron a Colombia no pude ir al concierto porque era muy pequeña y claramente mis papás no iban a dejarme ir sola, por lo que verlos siempre fue un anhelo frustrado. Luego, el grupo se separa, cada uno empieza con proyectos individuales y el sueño de un posible reencuentro era cada vez más lejano.

Sin embargo, la ilusión de este sueño, vuelve en el concierto virtual la tarde del sábado 26 de diciembre de 2021, cuando los cuatro integrantes del grupo dejaron el alma durante los 90 minutos que duró el encuentro con nosotros sus fans. Recuerdo haberlo visto desde la sala de mi casa con mi hermana gritando a pulmón herido todas las canciones y reviviendo nuestra niñez. Luego de ese concierto la esperanza de verlos en un encuentro en vivo se prendió y, luego, el universo conspiró.

Comprar las entradas desde Nueva Zelanda, toda una experiencia religiosa.

En enero cuando el grupo anunció que habría tour confirmado para el 2023, mi emoción era indescriptible. Los primeros países que anunciaron fueron USA, México y Brasil. 

Cuando hicieron pública la gira, sabía que a uno de estos países tenía que viajar sí o sí con mi hermana. Mi primera opción, por supuesto, fue México. Es el país de ellos, donde todo empezó y en el que nunca hicieron una despedida oficial, por lo que  claramente considero que en ese país serán los mejores shows. Sin embargo, lo intenté TODO y cada vez veía este sueño más lejos. 

A todas las fechas que me metía, para los conciertos en el Foro Sol, ingresaba a la fila virtual por horas y cuando al fin era mi turno, SOLD OUT, no habían entradas. Lo intenté desde el celular, desde el computador, con mi mamá intentando comprarlas desde Colombia y nada. También intenté comprarlas con un amigo que vive allá, pensando que podría ser más fácil y tampoco pudo, era imposible. Todas las entradas en todas las fechas y localidades salían vendidas y, comprarlas a revendedores salía demasiado caro, sin contar el riesgo inminente al que uno se expone al comprarlas así. (El problema de las entradas para grandes shows de entretenimiento alrededor del mundo se está convirtiendo en una mafia grandísima, a la que nadie parece estar prestando atención, pero en fin, ese es otro tema.).

Luego de saber que iba ser imposible ir a México, decidimos intentarlos en USA. (Brasil nunca fue una opción).

Inicialmente quería ir al show de Los Ángeles, porque desde Auckland hay vuelo directo y en temas de costos y tiempos era todo mucho más fácil. Pero nada, otra vez SOLD OUT. Luego intenté en Chicago y tampoco. En Boston, no me pasaba la tarjeta de crédito. En Nueva York no me coincidían las fechas y era así, como cada vez veía más difícil cumplir este sueño. 

Ya estaba frustrada, creo que llevaba dos días intentando por todos los medios y por ningún lado las conseguía. Intenté hacer un último intento en Miami, pero honestamente no estaba entusiasmada de ir a esta ciudad, pero pensaba: “La peor diligencia es la que no se hace”, y qué creen? …Por finnnnnnnn. ¡¡Encontré boletas!! nada más y nada menos que en la Ciudad del Sol. Me parecía increíble, sin filas virtuales interminables, en un solo intento en la página web, de los pocos asientos disponibles, a un precio razonable, parecía el universo hablándome. Eso sí, la ubicación era más cerca de las estrellas que del escenario jajaja, pero no me importó, lo que menos quería era perderme el concierto, así que sin pensarlo dos veces, compramos las entradas y, listo. Parecía un sueño: TENÍA ENTRADAS PARA IR AL CONCIERTO DE RBD EN SEPTIEMBRE.

Ahora, seguramente te preguntarás por qué no esperé a que anunciaran las fechas en Colombia y poder ir y disfrutarlo directamente desde allá. Hay varias razones. 

Al principio, Colombia no estaba dentro de la lista de conciertos de la gira y, aunque había rumores y muchas especulaciones, no estaba confirmado. Así que, honestamente, no quería dejar pasar las fechas que ya sí estaban confirmadas en otros países, por algo que aún no era seguro. No quería arriesgarme. Y segundo, viajar a Colombia desde Nueva Zelanda es inmensamente costoso y aunque deseaba ir con todo mi corazón, se me iba a salir del presupuesto y pues tampoco. Me salía mucho mejor viajar a Estados Unidos.

Llegó el esperado mes de Septiembre

Desde el 1 de septiembre sabía que iba a ser un gran mes. Inició la primavera en Nueva Zelanda y el clima cambió considerablemente, pero lo más importante, era el mes más esperado para por fin asistir al concierto de RBD. 

El 18 de septiembre tomé el primer vuelo de 14 horas hacia Houston con una ilusión y una felicidad que al día de hoy no puedo describir. Me fui con una pequeña maleta de mano forrada con sticker de RBD, mi estrellita en la frente y con el icónico sombrero rosado de Mia Colucci puesto, del que debo decir  mucha gente me miraba raro jajajaja.

Esperando en el aeropuerto con todo el espíritu de Mia Colucci dentro de mi ser.

En el vuelo escribí mucho, agradecí mucho, me ilusioné mucho y también dormí mucho. A mi llegada a Los Ángeles todo el proceso de migración fue largo pero se pudo hacer. Ahora tenía que esperar una escala de 4 horas hasta la salida a mi siguiente destino: Miami

Luego de 2 horas de vuelo, llegué a Miami. El vuelo fue largo y yo del cansancio ya no podía más, así que todo el vuelo estuve durmiendo. Además que ya empezaba a sentir los efectos del jet lag. Luego de cuatro horas llegamos a Miami. Recogí mis maletas, busqué el carro rentado en el parqueadero y me dirigí hacia el hotel, muerta del cansancio pero feliz de cada vez estar más cerca al gran día. Al día siguiente, me encontré con mi familia que viajó desde Colombia y a quienes no veía desde hace casi un año. Mi corazón estaba completo.

¡Llegó el día del concierto!

Jueves 21 de septiembre. En el itinerario que teníamos para planes durante el día decidimos hacer cosas no tan desgastantes, pues sabíamos que en la tarde debíamos empezar a arreglarnos para llegar con suficiente tiempo, así que solo fuimos a un par de museos y restaurantes durante el día. En la tarde, ya en el hotel, nos empezamos a arreglar con RBD de fondo y tomándonos algunas fotos, fue realmente un precioso momento entre hermanas (aquí te dejo un reel con la recopilación de este maravilloso momento).

A eso de las 6:00 p.m pedimos nuestro Uber y un maravilloso Tesla nos llevó hasta el lugar del evento. Íbamos casi un poco tarde, así que nos bajamos antes, pues el tráfico estaba horrible y la lluvía empezaba a hacer de las suyas, pero incluso con lluvia,  afuera del recinto ya se sentía la energía y los ánimos de las personas que en la fila buscaban llegar a su asiento para ver a su grupo favorito. Orden, paciencia, rapidez y amabilidad fueron los principios de la organización para «sobrevivir por pura ansiedad» a la espera de que finalmente salieran los rebeldes a cantar en el tour más esperado del año. 

A las 9:00 p.m empezó el show. Un escenario con la forma de la corbata, una enorme pantalla, el escudo de RBD que desde siempre se convirtió en su sello y símbolo en el mundo con los colores rojo y negro. 

Vista del escenario, en forma de corbata, desde nuestra ubicación.

Las luces se apagaron y con un video introductorio, la gente empezó a enloquecer y gritar eufóricamente, especialmente cuando bajo la voz de Maite se escucha “Esta noche el sistema solar y el universo entero están a punto de presenciar una descarga de energía nunca antes vivido”. El lugar parecía que se caía de los gritos. A nivel personal, no había sentido tanta emoción y felicidad pura de la forma en que lo hice en las dos horas ininterrumpidas de este concierto.

El espectáculo inició con “Tras de mí” y la emoción estaba a tope. Todos estábamos tan feliz, extasiados y emocionados que era difícil no llorar y sentir tanta nostalgia. El público enloqueció, yo enloquecí, mi hermana enloqueció. Los pelitos los teníamos todos de punta. Después de esa canción inicia un popurrí con todos los éxitos que destacaron a la banda con momentos juntos pero también performances individuales.

Christopher, sentado frente al piano, cantando “Inalcanzable” con su traje blanco y en medio de efectos de luces azules en un fondo negro, mostró su madurez vocal que contrastaba con su voz  juvenil de hace 15 años. Se me puso la piel de gallina.

La intervención de las chicas es súper bacano “Que dificil es ser yo”, “cuando el amor se acaba”, y “Fuego” en medio de efectos, mostró a la audiencia la complicidad extrema entre ellas. Daba la impresión de que nunca se hubieran ido de los escenarios musicales, parecía como si no hubiera pasado el tiempo, aunque también es cierto que hoy lucen una madurez muy positiva, tanto física, como espiritual. Las tres lucen bellas y más talentosas que nunca (especialmente Any, esa mujer solo irradia luz y amor).

El momento más emotivo lo tuvo Dulce Maria, su icónica canción “No pares”, parece ser su bandera. Cuando bajó al escenario en la estructura del símbolo de paz todos sus fanáticos gritaban y se emocionaron hasta las lágrimas. Fue tan emotivo que la misma Dulce no pudo contener las lágrimas tras la ovación de todo su público, luego de dar unas palabras sobre eliminar las fronteras en el mundo y la importancia de perseguir los sueños. 

El turno en solitario para Christian con el tema “Quisiera ser”, en donde mayoritariamente ofreció un mensaje de inclusión y tolerancia durante su interpretación.

Como era de esperarse, Maite también tuvo su momento en solitario con “empezar desde cero” en el que ofreció un mensaje de esperanza  con una presentación llena de entusiasmo y bailarines. 

Anahí cantó su gran éxito “Sálvame” acompañada de las miles de almas presentes que portaban estrellitas en la frente y sombreros rosados. El momento fue realmente mágico y se sentía una paz y energía tan bonita mientras todos coreabamos la canción. Además, que derroche de dulzura y amorosidad. Anahi se ve que es tan sencilla y tierna, que sabe como hacerte emocionar fácilmente.

El cierre se hizo entre sonidos de percusión adornado por los efectos especiales y luego de un sonoro intro aparecieron en el escenario los jóvenes “rebeldes” para interpretar precisamente el éxito que desde siempre identifica su legado musical “rebelde” y que le abrió las puertas de importantes lugares en el mundo. Puedo jurar que tuve un déjà vu, un viaje contra el tiempo super surreal. De repente, me encontraba llegando del colegio, eran las 5:00 pm y me ponía a ver la novela.

Fue con este último tema que Anahí, Maite, Dulce, Chistopher y Christian se despidieron en un escenario luego de una descarga musical llena de energía y conexión con el público, como pocas veces lo he visto. 

En cada una de las canciones cada uno brilló a su manera, pero es claro que cuando están juntos, la magia sucede. Todo el show fue precedido por mensajes de fraternidad, de alcanzar los sueños,y como de una manera de decirles a sus público que, aunque no estuvieron presentes por asuntos muy personales, ellos “siempre serán RBD”.

No hay palabras para explicar el talento, las voces y lo que sientes en vivo. Es como una cápsula de  energía que se mete dentro del cuerpo y viaja por toda tu piel, te da escalofríos, felicidad, nostalgia,emoción. Creo que este es el primer concierto al que asisto, al que me siento una verdadera fan, sabía todas las canciones y las coreografías ,incluso tenía memorizado el setlist en mi cabeza. Este sin duda ha sido el mejor concierto de mi vida.

¿Por qué hacer tanto solo por  ver a RBD?

Para mí la respuesta es bien simple: porque los amo, porque siempre he sido seguidora,  porque su arte me hace feliz y su música ha traído a mi vida tanto alegría como consuelo. Razones similares por la que un fan de algún deporte pagaría altas sumas por ver a su equipo o jugador favorito en un  juego muy especial.

Desde pequeña me he considerado una “fangirl”, es decir, una consumidora entusiasta de novela, la serie, su música, las revistas, los discos, etc. que tenía claro que no podía pasar esta oportunidad.

La música de RBD ha sido parte de la banda sonora de muchas etapas en mi vida. Cuando he estado feliz,  cuando he estado triste, cuando he estado entusada o simplemente cuando he estado viviendo alguna experiencia o sensación, sus letras han estado con precisión en muchos  momentos como un aliento que te impulsa.

Varias veces dije en voz alta “mi niña interior va a ser demasiado feliz”  y creí que este concierto era un regalo para mi yo de 12 años, y en realidad la que lo entendió todo fue mi yo adulta. Este concierto se sintió como un abrazo al alma, como una reflexión profunda, como una deuda saldada, como un respiro, como una palmadita en el hombro. Cantar al unísono canciones que marcaron mi infancia junto a cerca de 20.000 personas y esas cinco personitas del grupo, ha sido, sin duda alguna, uno de los momentos más mágicos de mi vida.

Además, fue la excusa perfecta para hacer que mi familia también se uniera y viajarán a unas merecidas vacaciones para vernos, luego de casi un año sin hacerlo.

Y bueno, en definitiva también por que la que puede puede y la que no, nimodérrimo. 😂🙊💁‍♀️

Mis momentos favoritos del concierto

Tengo muchos momentos favoritos del concierto, pero aquí te destaco las cosas que me gustaron:

♥️Los cambios de looks. Uno mejor que el anterior, especialmente los de Any. (Pero bueno, que les puedo decir, esa mujer es preciosa).

♥️La interpretación de Dulce, sin lugar a dudas, fue la mejor de la noche.

♥️La mejor canción fue la de “Este Corazón”, Dios Santo, la lloré toda y nunca había tenido tanto sentido en mi vida.

♥️El Kiss Cam de “Bésame sin miedo”. Amé esa idea.

♥️La hermandad del grupo. Se nota a leguas la gran química y hermandad que les une. Eso lo proyectaron durante todo el show.

♥️El acompañamiento de bailarines y efectos especiales en las pantallas lo hicieron aún más inmersivo.

♥️El performance de la canción Rebelde, literal te sientes en el Elite Way School.

Guía para disfrutar el concierto 

Imagino que si vas a ir al concierto en Colombia o si eres un verdadero fan has visto la ola de videos, reels, fotos, tweets que los asistentes han publicado de los conciertos en sus redes sociales, y es que es una locura. Yo por ejemplo, sigo muchas páginas del fandom y amo todas las publicaciones que hicieron durante toda la gira en USA: los montajes, los mejores momentos, los outfits, las caídas, etc, y ha sido lo máximo. Sin embargo aquí te regalo unos tips para que tu experiencia sea 10/10.

⭐ Llega con tiempo y disfruta el pre-show.

⭐ Empelículate: ponte tu sombrero rosado, tu estrella en la frente, el uniforme, la corbata, las botas, lo que quieras. Pero empelículate. Todos irán igual y se vivirá mucho mejor la experiencia.

⭐ Toma fotos y videos de todo, pero también por momentos apaga el celular y disfruta el concierto, porque será el último al que vayas.

⭐ Lleva servilletas o pañuelos, te lo juro que vas a llorar mucho.

⭐ En el lugar puedes comprar merch original del grupo, (Aunque la verdad no me gustó mucho pues el concepto lo veo muy diferente a lo que realmente es el grupo).

Prepara todo tu espíritu rebelde para una noche inolvidable llena de todos los éxitos que marcaron toda una generación. Será una oportunidad para cantar a todo pulmón, bailar sin parar y revivir muchos momentos. 

El mejor concierto de mi vida con mi persona favorita.

Gracias por llegar hasta aquí y en verdad deseo que si vas a algún concierto te lo disfrutes tanto como yo.

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Dori 🙂

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